Al ver la Rockster por vez primera, la reacción más habitual consiste en preguntar: ¿esto es una BMW? La extrañeza proviene del hecho de que la marca bávara no acostumbra a decorar sus motos con tonos que se ven a dos kilómetros (lima, naranja, etcétera), ni tampoco a pintar las llantas de sus monturas al más puro estilo tuning. Pero así es la Rockster, una motocicleta concebida para conductores individualistas (el asiento del pasajero es opcional). Cuando nos subimos en ella, enseguida apercibimos que sus pinturas de guerra no son gratuitas, pues la postura de conducción es bastante agresiva gracias a un manillar muy ancho y plano. Esta posición, además, permite recorrer muchos kilómetros sin cansancio. El ronco gruñido del motor, por su parte, nos resulta más familiar. Se trata, por supuesto, del bóxer de 1.130 centímetros cúbicos (con inyección electrónica) que la marca también utiliza en otros modelos. La diferencia es que esta versión incorpora el sistema de doble encendido que estrenó la Montauk. Por si fuera poco, la caja de cambios de nuestra protagonista se beneficia de unas ruedas dentadas que reducen el ruido al subir y bajar marchas (adiós a los sonoros cloncks de otras bóxer). El motor de la Rockster también se caracteriza por una relación de cambios bastante corta que nos proporciona aceleraciones bestiales en ciudad. De hecho, al principio hay que hacer un esfuerzo para acostumbrarse a los tirones de esta streetfighter, ya que el notable par del propulsor permite salir de los semáforos como un disparo. Por otro lado, sería absurdo haber priorizado la velocidad máxima en beneficio de la capacidad de aceleración. No en vano, a pesar de su pequeña cúpula de faro, la desprotección de la Rockster en autopistas es casi total, por lo que nuestro cuello nos exigirá que los cruceros no sobrepasen los 140-150 kilómetros por hora... Por todo ello, el ambiente preferido de esta BMW se encuentra en las carreteras de curvas. Es aquí donde no tiene rival. Porque una cosa es ir rápido (y hay muchos modelos con los se puede seguir el ritmo de la Rockster), y otra muy distinta, la facilidad con la que vas rápido. Así, el histerismo de las motos deportivas de cuatro cilindros –en las que el conductor adopta posturas de Gran Premio– contrasta con la efectividad tranquila de la Rockster, que pone el umbral de seguridad muy alto gracias al sistema Telelever (combinación delantera de horquilla telescópica y basculante) y, sobre todo, a unos frenos extraordinarios (sistema EVO con ABS semiintegral asistido por servofreno).

Ficha técnica

MOTOR: Bicilíndrico bóxer de cuatro tiempos refrigerado por aire/aceite.
CILINDRADA: 1.130 centímetros cúbicos.
POTENCIA: 85 caballos.
CAMBIO: Seis marchas.
VELOCIDAD: 200 kilómetros por hora.
CONSUMO MIXTO: 7,5 litros cada 100 kilómetros.
PRECIO: 12.150 Euros

Valoración

VIRTUDES: Estética diferente y atrevida, capacidad de aceleración, seguridad y escaso ruido.
DEFECTOS: protección aerodinámica, peso.