Kawasaki Z 1000

Kawasaki Z 1000 se presenta como la moto ideal para aquellos locos de los cómics y aunque a primera vista asusta un poco, se comporta como una montura la mar de dócil.
Si alguno de los quemados del Joe Bar Team (el popular cómic de motoristas) tuviera que comprarse una moto del siglo XXI, posiblemente eligiría la Kawasaki Z 1.000. Y es que, aunque la estética de esta japonesa no se inspira en las naked de los años 70 (era entonces cuando los locos del Joe Bar asolaban las carreteras), la Z 1.000 parece haber salido del lápiz de un dibujante de cómics... o de un fanático del tuning.
Lo certifican sus escapes dorados terminados en dos silenciadores dobles; el pequeño carenado de faro; el color naranja de la carrocería y las llantas...
Pero, aunque a primera vista esta Kawa asusta un poco, lo cierto es que se comporta como una montura la mar de dócil. Sentados cómodamente a los mandos de su manillar plano, esta moto nos mueve a plantearnos una pregunta recurrente: ¿por qué los japoneses insisten en fabricar deportivas que sólo parecen aptas para contorsionistas?
La Z 1.000, por el contrario, nos retrotrae a aquellos tiempos en los que un manillar alto y un asiento cómodo no tenían por qué ser sinónimos de moto aburrida y lenta. Las estriberas, además, se encuentran en el punto justo para que te apetezca atacar un puerto de montaña sin que tengas la sensación de ir en cuclillas.
Por todo lo dicho, es fácil adivinar que la Z 1.000 consigue en ciudad una excelente nota, pues a la mencionada postura de conducción hay que añadir las virtudes de un motor muy progresivo y una amortiguación bastante cómoda. Fuera de la urbe, las impresiones siguen siendo buenas, aunque, si lo que queremos es ponernos el cuchillo en la boca, entonces estas suspensiones que hasta ahora nos habían parecido tan confortables se nos quedan blandas.
Ciertamente, se pueden regular (y, por otro lado, no seremos nosotros quienes dudemos de la efectividad de la soberbia horquilla invertida), pero los reglajes carecen de la radicalidad que quizás exigiría uno de los miembros del Joe Bar Team...
En cualquier caso, esta Kawasaki se mueve como pez en el agua entre curvas, haciendo gala de una frenada soberbia. Al motor, primo hermano del que monta la ZX-9R, no le faltan caballos, precisamente (entrega 127) pero, puestos a exigir, no le hubieran venido mal unos desarrollos más cortos para ahondar más en el carácter streetfighter de la Z 1.000.
En autopista, por último, sobra potencia por todas partes, pues la protección aerodinámica resulta inexistente. ¿Es esto criticable en una naked? Creemos que no puesto que, en caso contrario, también tendríamos que censurar, por ejemplo, al BMW Z4 por sus deficiencias a la hora de hacer la compra semanal en el Carrefour.
Ficha Técnica
MOTOR:Tetracilíndrico de cuatro tiempos refrigerado por agua.
CILINDRADA: 953 centímetros cúbicos.
POTENCIA: 127 caballos.
CAJA DE CAMBIOS: De seis velocidades.
VELOCIDAD MÁXIMA: 250 kilómetros por hora.
CONSUMO MIXTO: 6,5 litros cada 100 kilómetros.
PRECIO 11.099 euros
Valoración
VIRTUDES: Estética, posición de conducción.
DEFECTOS: Comodidad del pasajero, suspensiones demasiado blandas en conducción deportiva. |