Yamaha T-Max 500

Un maxiscooter con comportamiento de moto

A primera vista, el T-Max versión 2004 no cambia demasiado respecto a su predecesor. Su deportiva silueta sigue siendo la de uno de los maxiscooter más agresivos del mercado.

Pero, una vez sentados en su enorme asiento, enseguida nos damos cuenta de que Yamaha no se ha conformado con hacer un simple lavado de cara a este modelo bicilíndrico. Ni muchos menos: la firma de Iwatta lo ha cambiado casi todo, a pesar de que, exteriormente, estas modificaciones apenas se perciban.

Empezamos por la primera sensación que notamos en cuanto colocamos las posaderas en el butacón de la Yamaha: ¡el motor corre mucho más! En cuanto miramos la ficha técnica, esta apreciación queda corroborada.

Donde antes había 39 caballos, ahora encontramos 45. Son sólo seis caballos de diferencia pero parecen muchos más porque el carácter del propulsor ha cambiado totalmente. Y eso que, en teoría, todo indicaba que el sistema de inyección que ahora monta el T-Max debería haber dulcificado su mal genio.

Enseguida nos damos cuenta de que eso no es así, ya que a base de aumentar la compresión, de unos ligeros retoques en la distribución y de la incorporación de un nuevo escape y admisión, el T-Max exhibe ahora una aceleración digna de un dragster (amén de un consumo algo más reducido gracias a la jubilación de los carburadores de la versión anterior). Así pues, en ciudad nadie, absolutamente nadie, nos alcanzará si nos lo proponemos.

Y fuera de la urbe esta Yamaha también sorprende gracias a una velocidad punta que ronda los 165 kilómetros por hora. A diferencia de otros maxiscooters, se trata de unas prestaciones aprovechables, porque en autopista nuestro protagonista no pierde la compostura ni siquiera en los curvones más rápidos (¡viva la nueva rueda delantera de 15 pulgadas!).

En carreteras de curvas, la diversión prosigue. Los dos discos delanteros frenan de maravilla, la nueva horquilla aguanta muy bien las frenadas más bestias y el chasis no se descompone en absoluto.

Además, los neumáticos nos permiten olvidar que estamos conduciendo un scooter, aunque, eso sí, el freno trasero es poco progresivo y, a la que nos descuidamos, el derrapaje está asegurado (aquí no hay frenada integral como en otros scooters de alto standing).

En cuanto a los aspectos prácticos, el T-Max también obtiene buena nota: en primer lugar, por su notable capacidad de carga (bajo el asiento cabe un casco integral y algo más, aunque puestos a exigir, hubiéramos preferido que cupieran dos cascos integrales).

Y en segundo término, porque la moto dispone de unos cuantos detalles que no tienen desperdicio. Un ejemplo claro es el freno de mano garantiza que, si tenemos que aparcar el T-Max en una cuesta, no nos encontraremos la moto tirada.

Ficha técnica

MOTOR: Bicilíndrico de cuatro tiempos refrigerado por agua.

CILINDRADA: 499 centímetros cúbicos.

POTENCIA: 44,3 caballos.

CAMBIO: automático.

VELOCIDAD: 165 km/h.

CONSUMO MIXTO: 6,5 litros cada 100 kms.

Valoración

VIRTUDES: Aceleración, estabilidad.

DEFECTOS: Frenada trasera brusca, consumo todavía elevado.